NO VERLO VENIR
ERICH JAN HANUSSEN ( n. Viena, 1889 - m. Berlín, 1933)
La del ascenso al poder del nazismo en Alemania es una época plagada de personajes que van de lo extravagante a los sencillamente siniestro; vividores de muchos pelajes, especialistas en pescar en el río revuelto que era la répública de Weimar en sus últimos estertores. Entre todos ellos destaca Erich Hanussen, "el mago de los guantes verdes", al que llegarían a llamar "el Rasputín germánico", un personaje que pasó en poco tiempo de la nada al brillo estelar para luego apagarse misteriosamente y del que se sabe muy poco a ciencia cierta.
Parece seguro que nació en Viena, hay quien dice que en la celda de una comisaría, en los años 80 del siglo XIX. De familia judía, su verdadero nombre era Hermann Steinchneider. Algunas fuentes dicen que descendía de un famoso rabino del siglo XVIII, aunque lo que parece seguro es que su familia pertenecía al mundo del espectáculo circense y las variedades, y que desde muy joven fue un buscavidas que lo mismo actuaba como saltimbanqui en una feria de pueblo que hacía de compositor musical o redactor de revistas de contenido dudoso. Durante la primera guerra mundial trabajó entreteniendo a la tropa. Después de la contienda parece que prestó sus servicios como vidente a familias que buscaban a sus seres queridos en los campos de batalla hasta que se estableció como adivino en Praga. Pronto su gabinete de videncia se convirtió en lugar de reunión de cabalistas y toda clase de círculos esotéricos que le ayudaban a crear un aura de misterio a su alrededor que le conseguía numerosos clientes entre las clases acomodadas. Además comenzó también a utilizar la información privilegiada que conseguía en sus consultas para extorsionar a sus clientes, por lo que acabó viéndose obligado a cambiar de aires al parecer buscado por la justicia.
A mediados de los años veinte estaba en Berlín, había cambiado su nombre por el de Erich Jan Hanussen y se presentaba como un aristócrata danés. Inicialmente fue editor de un par de revistas esotéricas que le abrieron las puertas de los "círculos ocultos" de la capital alemana y le permitieron conocer personajes como el escritor Hans Einz Ewers, pero también le hicieron entrar en contacto con varios de los primeros afiliados al partido nazi. A finales de los años veinte Hanussen repartía su tiempo entre las actuaciones en cabarets y teatros berlineses, donde demostraba su habilidad como mago y adivino (sin duda utilizando técnicas como la lectura en frío) a la vez que adquiría potenciales clientes; y sus sesiones privadas donde recibía a la gente más influyente del momento. Parece que en su gabinete se valía de todo tipo de trucos y efectos especiales, además de estar éste plagado de micrófonos que servían más tarde para dejar sin habla a sus incautos clientes al "acertar" en múltipes detalles de sus vidas. Parece que el gabinete tenía fama de ser lugar dónde se producían otras sesiones menos confesables con orgías de todo tipo y ritos mágicos secretos. Rumores que no hacían sino aumentar la fama y la fortuna de Hanussen.
En algún momento a principios de los años treinta recibió al mismo Hitler que, al parecer, había oído hablar de una supuesta predicción de Hanussen sobre su ascenso al poder. La relación que se estableció posteriormente entre ellos es uno de los puntos más controvertidos de la vida del vidente. Algunos aseguran que Hanussen "entrenó" al futuro Führer gracias a su conocimiento del magnetismo animal hasta convertirlo en el gran hipnotizador de masas que luego fue. Otros dicen que desde su primer encuentro Hitler no hacía nada sin consultar al adivino. Sea como fuere, el caso es que gracias a esta afortunada visita Hanussen se convirtió en el vidente de moda entre los jerarcas nazis en ascenso lo que, gracias a los métodos de acumulación de información y extorsión que ya hemos visto antes, le hizo ganar una gran fortuna, amén de un considerable poder dentro de los círculos nazis. Sin embargo, como le pasó ya en Praga, parece claro que el abuso de esta situación fue lo que produjo su ruina al final. Su creciente influencia hizo que fuera investigado por la policía nazi, y salió a la luz su origen judío entre otras cosas, aunque de momento sus contactos le evitaron mayores problemas. El 24 de febrero de 1933 Hanussen inauguraba con gran pompa su nuevo local, "el Palacio del Ocultismo" con la presencia de gran cantidad de jerarcas nazis. En un momento dado, el vidente cayó en trance y predijo ante todos los presentes el incendio del Reichstag, que se produciría dos días después. El cómo llegó a conocer aquella operación secreta de los nazis para hacerse definitivamente con el poder y acabar con los comunistas es un misterio, aunque con sus antecedentes no resulta difícil de explicar. El por qué se atrevió a darlo a conocer es un misterio aún mayor. Hay quien dice que no se resistió a utilizar aquella información en su espectáculo porque ante todo era un artista; personalmente me inclino a creer que fue más bien un intento de hacer lo que mejor sabía, es decir sacar tajada de ella. En cualquier caso era una jugada peligrosa, y acabó saliéndole mal. Su actuación hizo sospechar a todo el mundo que en realidad eran los nazis los que habían quemado el Reichstag y pese a su presunta amistad con Hitler no tardó en caer en desgracia. El Palacio del Ocultismo fue cerrado, y sus reuniones y consultas fueron prohibidas. El 24 de marzo fue detenido e interrogado por la Gestapo, el 8 de abril el Volkischer Beobatcher anunció que se había encontrado un cadáver medio comido por los animales en un bosque cercano a Berlín. Poco después uno de sus ayudantes identificó a Hanussen. El caso se archivó como suicidio pese a que el periódico decía que el cuerpo estaba cosido a balazos.
A Hanussen se le atribuye habitualmente haber predicho la ascensión al poder de Hitler, la noche de los cuchillos largos y el incendio del Reichstag. Sin embargo parece que con muchas otras predicciones no tuvo tanta suerte, sobre todo con la de su propio destino aunque hay quien dice que en realidad los nazis lo quitaron de enmedio pero no lo mataron, sino que siguieron utilizando sus poderes, poniendo un último toque de misterio a la vida del adivino.