LA VERDADERA HISTORIA DEL PRISIONERO DE IF
JOSÉ CUSTODIO DE FARIA (n.Candolim, 1756 - m.Paris, 1819)
En la inmortal novela "El conde de Montecristo", Alejandro Dumas nos presenta a su protagonista Edmundo Dantés encarcelado por sus enemigos en el castillo de If, en Marsella. Dantés tiene como única compañía al anciano abate Faria, quien le legará antes de morir un fabuloso tesoro escondido que le servirá para llevar a cabo su venganza. Lo que poca gente sabe es que el abate Faria fue un personaje real rescatado por Dumas para su novela, si bien el abate prisionero en If tiene más bien poco que ver con el de la vida real.
José Custodio de Faria nació en Candolim, en la colonia portuguesa de Goa, en la India, en 1756. En 1772 Faria viajó con su padre a Roma, donde se ordenó sacerdote y obtuvo un doctorado en Teología con el que trató de abrirse camino en Portugal. Tras fracasar en su intento de lograr un título eclesiástico en Portugal, el abate Faria se vio obligado a huir a París en 1788 al verse complicado en una conjura contra el dominio portugués en Goa. Sumido en la pobreza, el abate Faria tuvo que echar mano de su origen exótico y unos presuntos "poderes" como sanador para sobrevivir en el París de la Revolución Francesa. Y parece que le fue bastante bien, dado que en 1811 fue nombrado profesor de Filosofía en la Academia de Marsella y miembro de la Sociedad Médica. Después de enseñar en Nimes, volvió a París en 1813, donde inició un curso sobre "magnetismo animal" con el que se hizo muy popular. Al igual que Mesmer unos años antes, el abate Faria maravilló a la sociedad parisina con una mezcla de trucos de salón y sugestión o "sueño lúcido", como él denominaba a sus experiencias con el hipnotismo. Sin embargo, sus teorías le hicieron objeto de burla de parte de la prensa de la capital francesa, que acabó conviertiéndole en poco menos que un personaje de feria, lo que hoy llamaríamos un freak; pese a que con los los años se ha reivindicado su nombre como uno de los pioneros del uso de la hipnosis en el tratamiento de enfermedades psicosomáticas y psiquiátricas, que luego se convertirá en una de las herramientas más usadas por los psiquiatras modernos. A pesar de ello, el abate Faria acabó sus días en la indigencia más absoluta, muriendo de un infarto cerebral (al igual que el personaje de ficción) en la celda de un asilo parisino. Cómo llegó Dumas a convertir al hipnotizador en su prisionero de If es un misterio. Es poco probable que estuviese presente en una de sus sesiones, aunque bien pudo haber oído hablar de la fama del abate y usarlo años después como arquetipo de personaje exótico y misterioso, muy capaz de tener escondido un tesoro en la isla de Montecristo.
En la inmortal novela "El conde de Montecristo", Alejandro Dumas nos presenta a su protagonista Edmundo Dantés encarcelado por sus enemigos en el castillo de If, en Marsella. Dantés tiene como única compañía al anciano abate Faria, quien le legará antes de morir un fabuloso tesoro escondido que le servirá para llevar a cabo su venganza. Lo que poca gente sabe es que el abate Faria fue un personaje real rescatado por Dumas para su novela, si bien el abate prisionero en If tiene más bien poco que ver con el de la vida real.
José Custodio de Faria nació en Candolim, en la colonia portuguesa de Goa, en la India, en 1756. En 1772 Faria viajó con su padre a Roma, donde se ordenó sacerdote y obtuvo un doctorado en Teología con el que trató de abrirse camino en Portugal. Tras fracasar en su intento de lograr un título eclesiástico en Portugal, el abate Faria se vio obligado a huir a París en 1788 al verse complicado en una conjura contra el dominio portugués en Goa. Sumido en la pobreza, el abate Faria tuvo que echar mano de su origen exótico y unos presuntos "poderes" como sanador para sobrevivir en el París de la Revolución Francesa. Y parece que le fue bastante bien, dado que en 1811 fue nombrado profesor de Filosofía en la Academia de Marsella y miembro de la Sociedad Médica. Después de enseñar en Nimes, volvió a París en 1813, donde inició un curso sobre "magnetismo animal" con el que se hizo muy popular. Al igual que Mesmer unos años antes, el abate Faria maravilló a la sociedad parisina con una mezcla de trucos de salón y sugestión o "sueño lúcido", como él denominaba a sus experiencias con el hipnotismo. Sin embargo, sus teorías le hicieron objeto de burla de parte de la prensa de la capital francesa, que acabó conviertiéndole en poco menos que un personaje de feria, lo que hoy llamaríamos un freak; pese a que con los los años se ha reivindicado su nombre como uno de los pioneros del uso de la hipnosis en el tratamiento de enfermedades psicosomáticas y psiquiátricas, que luego se convertirá en una de las herramientas más usadas por los psiquiatras modernos. A pesar de ello, el abate Faria acabó sus días en la indigencia más absoluta, muriendo de un infarto cerebral (al igual que el personaje de ficción) en la celda de un asilo parisino. Cómo llegó Dumas a convertir al hipnotizador en su prisionero de If es un misterio. Es poco probable que estuviese presente en una de sus sesiones, aunque bien pudo haber oído hablar de la fama del abate y usarlo años después como arquetipo de personaje exótico y misterioso, muy capaz de tener escondido un tesoro en la isla de Montecristo.
3 Comments:
Raro en el sentido de que en vez de contar mi vida, cuento la de los demás :)
Cuanto se agradece estas pequeñas historias de los más variopintos personajes ;)
Enhorabuena y gracias.
Enhorabuena por el artículo. Para mí, quizás, el mejor personaje de la novela. Gracias por documentarios a los legos.
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