lunes, agosto 01, 2005

60 AÑOS DESAPARECIDO


RAOUL WALLENBERG (n. Estocolmo, 1912 -m.?)

En 1944 el War Refugee Board americano comenzó a tomar medidas para tratar de salvar el mayor número posible de judíos del exterminio nazi. Uno de los lugares en los que la situación era más peligrosa era Hungría, invadida por los alemanes tras pedir una paz separada con la URSS. Los americanos necesitaban un hombre capaz para intentar salvar todas las vidas que fuera posible, y lo encontraron en Raoul Wallenberg. Wallenberg era un arquitecto sueco, propietario de una empresa de importación-exportación junto con el judío húngaro Koloman Lauer, quien lo recomendó para el puesto.
Cuando llegó a Budapest como secretario de la embajada sueca, en Julio de 1944, los alemanes habían deportado ya a 400.000 judíos húngaros, aunque aún quedaban más de 200.000. Desde el primer momento Wallenberg puso manos a la obra y empezó a utilizar todo tipo de métodos aprendidos en el mundo de los negocios para salvar seres humanos. En principio le habían sido concedidos unos 600 pases para judíos suecos, gracias a su capacidad negociadora consiguió subir la cifra a 5.000. Además ordenó imprimirlos con el escudo sueco bien visible y en colores chillones, sabedor de lo impresionables que eran los guardias nazis ante este tipo de cosas.
En Octubre los nazis le quitaron la jefatura del estado al almirante Horthy y pusieron al frente al líder de la organización nazi húngara de la Cruz Flechada, Ferenc Szálasi, con lo que la situación empeoró terriblemente para los judíos. A partir de entonces, la actividad de Wallenberg se multiplicó, creando las llamadas "casas suecas" que eran simplemente viviendas en cuya puerta se plantaba una bandera de Suecia con lo que Wallenberg las declaraba territorio sueco. La población de estás casas llegó pronto a los 15.000 refugiados, además otras embajadas de paises neutrales tomaron ejemplo y crearon sus propias casas seguras. En algunos casos Wallenberg llegó incluso a subirse a los trenes de deportados con peligro de su propia vida para liberar algunos de los poseedores de pases. En Enero de 1945 descubrió un plan de Eichmann para liquidar por completo el mayor gueto de Budapest, y lo impidió convenciendo al general Schmidthuber, comandante alemán en Hungría, de que si lo permitía sería considerado criminal de guerra. Con todo ello, se puede decir que cuando los rusos llegaron a Budapest poco después, Wallenberg había participado en la salvación de unos 100.000 judíos.
El 13 de Enero de 1945 Wallenberg pidió permiso a los soviéticos para encontrarse con su jefe, el mariscal Malinoski, en Debreczin, al este de Budapest. El día 17 salió hacia allí con su chófer, Vilmos Langfedler, y ya nunca se les volvió a ver.
El 8 de Marzo la radio húngara controlada por los rusos informó de que ambos habían muerto asesinados por los nazis en el camino. Sin embargo, algún tiempo después el ministro de asuntos exteriores soviético confirmó al embajador sueco en Moscú que Wallenberg estaba "bajo la protección de las autoridades militares soviéticas". Desde entonces poco más se supo, pese a las múltiples gestiones de su madre ante los rusos. En 1947 Albert Einstein escribió una carta a Stalin preguntando por el paradero de Wallenberg. Stalin contestó que desconocía la suerte que podía haber corrido el diplomático sueco. A partir de ese mismo año empezaron a llegar a occidente prisioneros liberados de la Europa oriental, y los testimonios que decían haber visto vivo a Wallenberg se multiplicaron.
En 1957 los soviéticos anunciaron que había muerto en 1947 en la prisión moscovita de la Lubyanka, de un ataque al corazón. sin embargo, los testimonios de lo contrario eran muy numerosos. En 1965 el gobierno sueco publicó un informe oficial sobre el caso que no aportó nada nuevo. Las relaciones entre la URSS y Suecia siempre fueron de tensa vecindad, y al gobierno sueco no le interesaba al parecer importunar demasiado al gigante soviético por un caso sucedido hacía ya veinte años. La madre de Wallenberg, tras años de gestiones sin resultado, recurrió en 1970 a Simón Wiesenthal, el cazador de nazis, quien consiguió varios testimonios como los de los doctores Melzer y Myasnikov, que afirmaban haberle visto vivo en 1948 y 1961 respectivamente. Wiesenthal consiguió además reabrir el caso, formando numerosos comités pro-Wallenberg en distintos países, y hablando de él a la prensa de todo el mundo. En 1981 Wallenberg fue nombrado ciudadano honorario de los EEUU, lo que permitió al presidente americano preguntar oficialmente a los rusos sobre el caso, aunque sin resultados. Canadá e Israel también le nombraron ciudadano honorario en 1985 y 1986 respectivamente.
Finalmente, en 2000, una comisión de investigación rusa anunció que Wallenberg había sido ejecutado en la Lubyanka por el KGB en 1947 al tomársele por un espía americano. Sin embargo, no se mostraron documentos demostrativos ni se explicó por qué el gobierno soviético había estado mintiendo todo ese tiempo. En 2001 los rusos se desdijeron y volvieron a la historia del ataque cardíaco, de manera que otra comisión ruso-sueca tuvo que admitir que no sabía si Wallenberg estaba vivo o muerto.
El 17 de Enero del presente año se cumplieron 60 años de su desaparición. Con tal motivo, la Fundación Internacional Raoul Wallenberg está tratando de conseguir 100.000 firmas, una por cada judío salvado en Hungría, que serán enviadas a la ONU para pedir el esclarecimiento del caso del diplomático sueco, puedes contribuir con la tuya en el enlace de la fundación.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Es muy probable que si alguien le hubiera preguntado a Wallembergunos años antes de que empezara la guerra si se creía capaz de salvar a 100.000 personas aunque en ello se jugara vida, él se hubiera reido. Creo que no sabemos hasta dónde podemos llegar hasta que las circunstancias nos llevan al límite.

Hoy por hoy, en Madrid, en pleno verano, resulta difícil pensar que las personas que me rodean o yo misma tengamos el valor de hacer algo así. Y sin embargo quiero creer que, si la situación lo requiriese, habría entre nosotros gente que actuaría de la misma manera.

Muy interesante José.

9:02 p. m.  
Blogger Jose Antonio del Valle said...

De hecho creo que he leído que esa fue su reacción cuando le propusieron para el cargo. Parece que su socio le conocía mejor que el mismo. Llevo dándole vueltas a Wallenberg desde hace 7 u 8 años, desde que leí "Justicia no venganza" de Wiesenthal.

9:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esto no es un comment, es una historia para ti :-)

http://www.pbs.org/pov/pov2005/intherealms/about.html

5:28 p. m.  
Blogger Jose Antonio del Valle said...

Muy interesante, gracias, me lo guardo a ver si o utilizo.

5:52 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

diquesí, ¡cuánta razón tienes! La historia la elaboran estos señores anodinos que, sin embargo, cuentan con unas convicciones a prueba de bombas sin que ellos mismos lo sepan (también vale para las señoras, claro)

1:29 p. m.  
Blogger Roberto Iza Valdés said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

4:56 a. m.  

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